30-ago-2019

Chile y Noruega aúnan voluntades contra pesca ilegal: “Distorsiona los mercados, daña el medioambiente y socava los derechos humanos"

Declaración suscrita por ambos países ahonda en las devastadoras consecuencias del flagelo.

El subsecretario de Pesca y Acuicultura, Román Zelaya, y el ministro de Pesca de Noruega, Harald Tom Nesvik, suscribieron en ese país una declaración que pone sobre relieve los perniciosos efectos de la pesca ilegal.

"Tiene serios efectos en la economía, dado que distorsiona los mercados, daña el medioambiente y socava los derechos humanos", se lee en el documento, firmado hace unos días en la nación escandinava.

La declaración apunta específicamente a la necesidad de sumar esfuerzos para combatir una de las variantes del fenómeno: la pesca ilegal transnacional organizada.

HASTA TRÁFICO DE PERSONAS

"Esta actividad contempla crímenes cometidos en toda la oferta pesquera y su cadena de valor, lo que incluye: pesca ilegal, corrupción, fraude fiscal, lavado de dinero, malversación, fraude de documentos y tráfico de personas", detalla el instrumento.

Más adelante, los dos países concuerdan en que "la cooperación interinstitucional entre agencias gubernamentales es esencial a nivel nacional, regional e internacional, a fin de prevenir, combatir y erradicar el crimen transnacional organizado en la industria pesquera global".

Asimismo, se reconoce la importancia que el océano y sus recursos tienen para las economías, la alimentación y el bienestar de la población. "Estamos determinados a apoyar una saludable y próspera industria pesquera que esté basada en la competición justa y el uso sustentable del océano", agregan los dos estados.

PRIORIDAD PRESIDENCIAL

La declaración suscrita por el subsecretario y el ministro se alinea con la importancia que el Gobierno del Presidente Sebastián Piñera otorga al combate contra la pesca ilícita, en distintos frentes.

Así, a contar de marzo del año pasado, Subpesca, Sernapesca y otros organismos públicos han sumado esfuerzos para frenar el problema. Controles carreteros a través de garitas móviles, una intensa fiscalización de desembarques e incluso empleo de tácticas de inteligencia, se cuentan entre las estrategias desplegadas.

Un aumento en los decomisos de recursos marinos de alta demanda, junto a otros indicadores, evidencian que esas acciones van bien encaminadas, según análisis de especialistas.

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