15-mar-2018

Especialista de Subpesca explica qué son y cuál es el propósito de las vedas

“Las vedas tienen por objeto detener el deterioro de una pesquería y permitir su recuperación a largo plazo”, detalla el jefe del departamento de pesquerías, Javier Rivera.

Las vedas son medidas de administración que establece la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (Subpesca) para prohibir la captura o extracción de una especie, en una zona específica y por un periodo determinado, explicó el jefe del departamento de pesquerías, Javier Rivera.

Especificó que en Chile hay tres tipos de vedas: la veda biológica, cuyo objetivo es resguardar el proceso de reproducción y reclutamiento para asegurar en el futuro la máxima probabilidad de ingreso de ejemplares a la población.

La veda extractiva, fijada por motivos de conservación de los recursos, dada por el estado de la población, y la veda extraordinaria que se aplica ante fenómenos oceanográficos que afecten negativamente a una pesquería.

“las vedas tienen por objeto detener el deterioro de una pesquería y permitir su recuperación a largo plazo. Así, su extensión dependerá de la duración de los procesos reproductivos que necesita cada especie (el caso de la merluza que tiene una veda biológica de 30 días) o del tiempo de la recuperación de la pesquería, por ejemplo el recurso macha en la región de Los Lagos que ha estado en veda por 10 años desde 2014 y lo estará hasta 2023; no obstante, la pesquería que se monitorea constantemente para ver la posibilidad de levantar la restricción en las áreas que presenten mejoras”, precisó.

Para establecer las vedas, la Subpesca, de acuerdo a la información científica disponible, elabora un informe técnico fundado y comunica la propuesta regulatoria a los Comités Científicos Técnicos de cada recurso. Actualmente en Chile existen alrededor de 40 especies con algún tipo de veda (peces, bentónicos, demersales, aguas profundas y pelágicos), mientras que también hay 65 especies mamíferos (aves, reptiles, anfibios en veda para su protección) y otras 60 especies nativas de agua dulce, sujetas a esta medida de administración.

Quienes infrinjan estas normas pueden recibir multas que van las 30 a las 300 UTM, junto con el comiso de las especies, medios de trasporte utilizados y la clausura del local hasta por 30 días, siendo el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca) el organismo a cargo de fiscalizar que las vedas se cumplan a lo largo de todo Chile.

El caso de la merluza

La pesquería de merluza común se extiende desde las regiones de Coquimbo a Los Lagos, estableciéndose para el recurso una veda biológica que rige durante todo el mes de septiembre.

“En este caso, la estrategia de recuperación ha estado enfocada en una gestión en cuotas de captura y medidas de conservación como la veda en el momento del máximo reproductivo, desde el 2006, permitiendo una recuperación lenta pero progresiva de la especie. Cabe destacar que el comité de manejo de merluza común se ha propuesto asegurar la sustentabilidad de la especie en un plazo de 12 años, a lo que se suma el plan de reducción del descarte y captura de pesca incidental para este recurso”, explicó Rivera.

A partir de 2016, año en que el recurso logró pasar de un estado de Agotamiento a un estado de conservación denominado Sobreexplotado, la Subpesca ha hecho coincidir la veda de la merluza con la de los crustáceos demersales (camarón nailon, gamba, langostino amarillo y langostino colorado), cuya pesquería tiene como fauna acompañante a la merluza.

En el caso de la macha, a nivel nacional, los bancos se han reducido fuertemente desde los 52 bancos en la década de los ochenta, hasta no más de 20 al 2016.

“Las causas son variadas, pues es una especie que vive en ambientes muy inestables, playas de arena expuestas a fuerte oleaje y con alta presencia de depredadores naturales como las jaibas, junto con la facilidad de acceso a la explotación”, indicó el profesional.

Hoy la mayoría de los bancos naturales históricos permanecen con niveles de abundancia bajos, con ejemplares que no superan la talla mínima legal de extracción. El recurso cuenta con vedas extractivas en las regiones de Coquimbo por 5 años (2016-2020), Valparaíso – Maule por 5 años (2017-2022) y Los Lagos por 10 años (2014 al 2023).

“Pese a estas restricciones, la población puede seguir consumiendo machas, debido a que actualmente hay muchas áreas de manejo explotadas por la pesca artesanal, desde las cuales se extrae de forma responsable el recurso, de acuerdo a un plan de manejo. También están los bancos naturales en régimen de libre acceso administrados bajo un Plan de Manejo, cuya condición permite levantar la restricción de la veda extractiva para efectuar actividades reguladas mediante cuotas precautorias, siendo los principales productores la Región de Los Lagos”, aclaró.

¿Qué ocurre con las algas pardas?

Otro ejemplo, es la pesquería de algas pardas compuesta por los recursos huiro negro, huiro palo y huiro flotador. Actividad que se concentra en la zona norte del país, entre las regiones de Arica y Parinacota hasta Coquimbo.

En las regiones Arica y Parinacota, Antofagasta y Tarapacá, Subpesca ha establecido periodos de vedas extractivas donde solo es posible recolectar el alga que se ha desprendido naturalmente en playa de mar (varado), prohibiéndose la extracción activa o comúnmente llamado barreteo. La veda extractiva es anual, aplicándose para los tres recursos.

En la Región de Atacama y Coquimbo las vedas se aplican en época estival (enero y febrero de cada año) para los recursos huiro negro y huiro flotador. En la Región de Atacama existe además una veda adicional en el mes de julio para el de huiro negro.

La pesquería de algas pardas en la zona norte de Chile constituye una importante fuente de recursos económicos, que durante los últimos años ha registrado un considerable aumento en los niveles de desembarque, representando más del 90% del desembarque nacional de algas pardas.

Este aumento se explica por una creciente demanda internacional de materia prima para la producción de alginatos y la incorporación de nuevas plantas procesadoras a nivel local; la instalación de centro de cultivos de herbívoros marinos (abalones) consumidores de algas pardas, principalmente huiro flotador y la conversión de los pescadores tradicionales a agentes recolectores/buzos.

Descarga las vedas en Chile aquí

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